Sunday, May 20, 2007

Noche de copas

Y no hablo precisamente de esa noche "loca" que refiere la canción.

Hay días raros, ayer fue uno de esos. Flashback: En semana santa, en Acapulco me reencontré con un viejo amor que había sido toda una novela. Allá, con unas copas encima, la música y el ambiente cálido hablamos de una relación. Cabe mencionar que todo 5to y 6to de prepa habíamos platicado de este tema mil veces pero siempre me negaba por Daniel (mi ex.. el de siempre) incluso cuando él cortaba a su novia por mi. La plática de la playa fue distinta.. ya no había ese aire de confianza, ni ese brillo en los ojos de dos personas que desean estar juntas. Mas bien había cierto hastío en su mirada, como cuando alguien fue herido antes y ya no se siente emocionado ante nada. Quedó de llamarme pero nada.

Finalmente lo vi en messenger y me invitó a una fiesta el viernes (ayer). Después de pensarlo mucho, decidí ir, y pues obviamente el tipo no mostró ninguna atención especial, hablaba de sus chavas como si nada, y yo no sé por qué seguía buscando esa devoción, esa mirada que me abrumaba. Pero nada de eso. Ni siquiera se sentó a mi lado en el bar. Querían seguir la fiesta pero como sabía que mis papás no estaban no quise proponer mi casa. Pero finalmente dije: "Pues si quieren en mi casa.." (uuppps) Tras comprar dos six y una anforita de Bacardi llegamos Goffrey, él y yo a mi casa. En el camino veníamos platicando de todas las cartas que me había dado, y cuando llegué no resistí la tentación de bajarlas para recordar un rato. Goffrey tuvo que irse temprano y me quedé con Diego. (Siii así se llama jeje) Él ya estaba un poco ebrio, y tras pensarlo mucho, comenzó a platicarme sobre la reciente muerte de su abuelita. Lloró con tanta sinceridad que me contagió las lágrimas.. y ahí entre las cervezas, los cigarros y la música de Evanescence sentí como ese viejo lazo de confianza renacía poco a poco. Repetimos Forgive me como 10 veces, fui dos veces al baño por papel, nos abrazamos, dije cosas que lo conmovieron aún más pero dentro de sus ojos veía un agradecimiento sincero por dejar que se desahogara sin pena. De pronto sonó el teléfono y como no sirve el auricular contesté por speaker. Obviamente sabía que era Daniel, pero algo me dijo que contestara. Le conté que estaba tomando con Diego, incluso él se acercó a hablar también. Dentro de su briaguez se olvidaron de todo el mal que se habían deseado sin conocerse y hasta lo invitó a la casa. El momento fue bastante bizarro, afortunadamente Daniel se negó. Colgamos, y no pude evitarlo. Miré todas esas cartas, y le pregunté si sentía aún algo por mi. Hasta yo me sorprendí de no titubear. Creo que fue porque él ya estaba demasiado alcoholizado. Mi orgullo juraba que iba a ser como antes, que iba a reclamarme cosas pero finalmente aceptar intentar algo. Pero esta vez no, esta vez me dio a entender que mi tiempo había pasado ya. "Tú me diste alas, mira todo lo que te ponía en las cartas... estaba súper clavado contigo... pero pues ahora ya es distinto, nuestros mundos son diferentes... y pues si te molesta que nos veamos sin tener algo bien, lo entiendo pero de verdad no puedo tener algo contigo ahorita porque en general estoy mal." Ante esas palabras sólo pude agarrar mi vaso y dar un largo trago. Sonreí. Por dentro no sabía ni qué expresión poner. Seguimos la plática como si nada, y a las 5 pedí su taxi. Se fue, me dio un beso, pero no uno de pareja, no... fue uno de agradecimiento y a la vez de despedida. Al menos así lo sentí. Todavía me senté y escuché música en mi bar para terminarme el trago. Las cartas, el beso, sus palabras, todo daba vueltas. Me venció. Estoy muy malacostumbrada a tener mis velitas prendidas. La última era Diego y ayer se apagó por completo.

Todo esto me hizo pensar en el daño que a veces hago por poner mis intereses antes que todo. Puedo mencionar muchas personas con las que he salido pero de algo serio, nada. Desde Daniel que no me entrego sinceramente y creo que esto debe cambiar pronto o de plano nadie me va a tomar en serio. No sé.. a veces creo que debemos sentirnos solos y desatendidos para entender que la gente no nos va a esperar toda la vida. Yo hice esperar a Diego casi dos años y me siento mal por haber pensado que seguía aquí para mi.

Seguramente no leerá esto, pero me gustaría que supiera que lo siento de verdad...

W*