Thursday, July 01, 2010

Sobre la soledad

Durante muchos episodios de mi vida que recuerdo con frecuencia, siempre tuve una ilusión en la mente, alguna esperanza latente, algo por pasar. Esperando la llamada, el mensaje, la mirada y las cosquillas al saludar. Me doy cuenta que mi vida se ha visto regida por las relaciones sociales, siempre cambiantes.

Sin embargo, me encuentro en un momento donde creo que nada es imprescindible. Ni nadie. Ni siquiera yo. Puedo estar en una fiesta con mucha gente, o puedo estar acostada en mi cama con mi perro todo el día. Y me sabe igual.

Quizá sea parte de esta nueva etapa que comienza, me siento un maldito estorbo y estoy harta de estirar la mano para que me den las cosas. Es hora de la vida real, y a veces (casi diario) me siento frustrada, atrapada y limitada por estas paredes que albergan mi infancia, mi colchón y mi sostén. Para fines prácticos está a toda madre, pero, ¿será que ya debo empezar a preparar mi vuelo para dejar el nido?

No tengo nada que me detenga ahora, no sé si esta soledad sea algo bueno o malo.
Pero he de aceptar que si pudiera, me largaba de aquí mañana mismo.