Wednesday, June 29, 2011

Incongruencia.

Es:

Que el día que decidiste que todo terminaría entre tu y yo,
el día que tuviste el valor de mirarme a los ojos y decirme que siempre faltó algo, cuando TÚ lo iniciaste,
el único día que me di cuenta que el vestigio de lo nuestro se iba a borrar irremediablemente con el tiempo...

Fue el mismo día en el que más deseé estar en tus brazos, para que consolaras mis lágrimas por ti.




"No mereces estas cenizas
aunque te hacen grande."

Wednesday, June 22, 2011

Noches.

Por las noches es cuando más reapareces.

En el día veo a tanta gente, me dicen cosas, las mantengo un momento en mi mente y después las dejo ir. Hago lo que puedo, trabajo como loca, viajo en taxis y transporte público, me muevo, busco. Incluso he llegado a cumplir con cosas que ni me llenan, todo por no dejar ningún espacio en blanco.

Pero en la noche, es cómo conectarme con tu alma. Me recuesto y los pensamientos comienzan a llenarme de tí, tus recuerdos me invaden, la luz se torna cálida, los escritos hablan de tí y protagonizas mis sueños.

Ayer te soñé... justo con esa expresión de Noviembre, de niño emocionado por el amor por fin hallado. Me buscabas, te acostabas conmigo, me mirabas como esa vez... en verdad no quería despertar porque dentro de toda la ilusión siempre supe que sólo estaba soñando. Desde ese momento he vuelto a recordar...

Pienso mucho en las noches en tu cama, con la luz apagada, las sábanas hasta el cuello y nuestras piernas entrelazadas, mirándonos. Yo traía puesta tu playera de Travis (que hasta la nombraste "mi pijama"). Me contabas tus viajes, tus recuerdos de la infancia, tus peores miedos y fobias. Era nuestra pijamada, nuestro momento, donde sólo existíamos tu y yo, para contarnos lo incontable, reír de todo y preocuparnos, hacer planes, confesiones. Me dijiste bonita, que me parecía a Chihiro, tu bebé... cursilerías a granel que jamás pensé escuchar de tu boca. La cama no sólo era un lugar para hacer el amor, era como el hogar. Nuestro hogar.

Aprendí en poco tiempo a descansar contigo a mi lado, y adaptarme a tus constantes movimientos, a la fobia del viaje astral, a tu rostro neutro y hermoso, al calor asfixiante de la madrugada que nunca dejaré de añorar...

¿Te acuerdas la primera vez que pasé a tu cuarto como tu novia? Me dijiste, estás en tu cuarto, puedes hacer lo que quieras... siéntete como en el tuyo.

Pues estoy en MI cuarto, y no, no me siento como me sentí ahí. Me faltan unos centímetros de colchón, unas 3 almohadas, una cabeza con cabello lacio, un pecho tranquilo pero con una energía palpitante, las piernas que me atrapen y no me suelten, unas manos que me busquen en la obscuridad y una respiración que sea el único arrullo en el silencio de la noche.

Me haces falta.

Y hoy a varios días de intentar hacerme a la idea de que nunca te tuve, que sólo fue un buen momento; puedo decir que te extraño cada segundo de mi vida. Que me siento incompleta, que te llevaste una parte de mí que me inyectaba VIDA. Que ya me acabé las lágrimas de tanto llorar, de rogarle a Dios que me de una tercera oportunidad, que te pinche amo como a nadie en este planeta y que muy a pesar de todo, y de todos, no me importa, yo no quito el dedo del renglón hasta que el Universo me indique lo contrario.