Wednesday, May 04, 2011

Mis días sin ti

Sobre las tareas:

  1. Las dos primeras horas del día valen el doble y siempre pongo ahí las tareas más difíciles.
  2. Si la tarea es grande entonces la trato como un mini-proyecto. La divido en varias partes y las distribuyo a lo largo del día o en varios días.
  3. La única tarea que vale es la que se termina. Pongo más energía e intensidad en terminar que en empezar.
  4. Cada tarea es absolutamente distinta. Requiere de mí un tiempo, una energía y una concentración distintas.
  5. Las tareas manuales y de baja concentración las hago en momentos bajos y siempre agrupo aquéllas relacionadas entre sí.
  6. Antes de empezar cualquier tarea me pregunto qué es, para qué es y qué exige de mí.
  7. Al terminar las tareas importantes me paro unos segundos a reconocer mi esfuerzo. Mi motivación diaria se alimenta de lo que hago, no de lo que me gustaría hacer.
  8. Si hay una interrupción al menos procuro terminar una parte que me permita retomarla luego con facilidad. Dejarla a medias es nefasto.
  9. Hay un momento para cada tarea y una tarea para cada momento. Cuando elijo bien termino antes y mejor.
  10. [BONUS] Cuando me empeño en hacer una sola cosa (unitarea) termino antes y mejor.
  11. [BONUS] Cuando me empeño en eliminar distraciones antes de empezar termino antes y mejor.

Ajá, me queda claro, pero, ¿y qué si no quiero hacer nada?
Si sólo me despierto pensando en lo que soñé, donde últimamente has aparecido demasiado, nunca estás conmigo, pero tengo esa ansiedad de encontrarte. (Nota para mí: no olvides el internado, y el bar gigante "Soma", olvidabas tus zapatos, tu celular y tu bolsa, proyecciones de cine de los 20's, y la zona de son cubano hasta abajo, a la derecha, la fatiga intensa por tanto caminar y el adorno cayendo del techo).

Después veo que son las 2 o 3 PM, tengo que fingir que ya llevaba despierta un buen rato para que no se den cuenta.
Luego el día se me va en idioteces, en evadir mis responsabilidades, pegada al facebook, mirando tus fotos. Ya sé que estás ligando con varias viejas, que hoy por hoy sonríes demasiado, ¿pero qué crees? Me vale madres, en serio, aquella que ocupe el espacio que dejé libre en tu cama, pues, qué chingón, en serio me tiene sin cuidado. La razón por la cual no te borro es porque, simplemente, quiero verte, ver tu expresión, saber qué haces, escuchar la música que descubres aunque ya no me la compartas a mi.
Quizá con eso, todavía puedo tener un poquito de tí.
En la tarde pongo pretextos bobos para tomar el coche, por lo general mucha gente me mienta la madre porque vengo en mi pedo, me meto a una plaza a caminar o ver tiendas, esperando no encontrarme a nadie.
Y luego la noche, allá, tan solita, cenar cualquier cosa, hablar con mi padre, evadir a mis amigos, evadir las conversaciones, simplemente ver el tiempo pasar. Buscar películas para no ver ninguna. Lo único bonito es prender las lámparas que siempre quisiste ver y ya nunca te pude mostrar. Se torna muy íntimo el ambiente.
Ya después, la madrugada, las horas pasando y yo sin sueño. A veces hay crisis, y le cuento todo a cualquiera que me encuentre por ahí, y si no hay nadie, lloro a conciencia, pensando que mañana es un día igual a hoy, que me toca soñar en breve, a ver qué me puedo inventar, quizá un momentito de dicha, contigo, o sin ti...

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