De haber sabido, ni me duermo

Tenía que estudiar para mi examen de Historia de las Doctrinas Filosóficas y toda la tarde me la pasé perdiendo el tiempo, hasta que decidí comenzar a eso de las 8 de la noche, pero a las 9 me dio algo de sueñito. Puse la alarma del celular a las 9.30 para seguir con el estudio, e incluso me lo dejé en la mano para sentir cuando vibrara, pero pues no sirvió de nada, pues solté el celular, se cayó a la alfombra y me quedé dormidita hasta las 11.50, cuando llegaron unos mariachis (benditos mariachis!) a darle serenata de cumpleaños a la vecina. De hecho, si no llegan los dichosos cantantes nunca me despierto jaja. En fin, seguí con mi súper guía (que finalmente se convirtió en acordeón) y que esto y el otro, terminé acostándome a las 3 de la mañana. Aún a esa hora, y después de platicar y ayudar a una amiguita de nombre Joy que vive en Austria con cuestiones sentimentales apestosas, me costó muchísimo dormir.

En fin, mi mala noche empezó con un sueño, donde todos los de mi clase teníamos que hacer una obra de teatro. Nuestra locación era en un tipo convento, con algunos patios padres muy rústicos, pero el lugar estaba bastante descuidado. Todas las niñas teníamos vestidos como colegialas y yo traía tenis, así que le pedía unos zapatos negros a una niña de nombre Brenda, pues nos regañaban por no traer bien el vestuario y no comportarnos. Me daba a escoger entre 15 pares, y pues una vez uniformadita, nos disponíamos a ensayar. Los directores, escenógrafos y demás eran puras personas de entre 80 y 85 años aprox., y después de muchísimos regaños por no poder aprendernos un par de diálogos, me hartaba y me iba a un bar donde todos se encontraban descansando, dentro del mismo convento. Ahí me encontraba a mi ex novio Daniel, tomando una margarita, y me preguntaba cosas de la obra, etc., pero lo evadía rápidamente y de pronto me encontré a mi papá, que me decía que ya nos íbamos. Recogí mis cosas, y nos metíamos a un carro que supongo era nuestro, y era muy pequeño.

Llegábamos a un crucero de una avenida grande, donde había un grupo como de 20 personas de la calle, de todas las edades, pidiendo limosna algunos mientras otros hacían malabares con pelotas, marometas, tragafuegos y todo eso. De pronto, unos de los señalamientos se caía encima de unos niños, y aunque los lastimaba, todos hicieron una pirámide y lo arreglaban. Lo feo fue cuando de repente todos los semáforos (de todos los sentidos) se ponían en verde al mismo tiempo y atropellaban horriblemente como a 15 o más. Y ahí, estábamos nosotros, viendo a todos los coches hechos trizas, con cuerpos ensangrentados por doquier, gente llorando y gritando, unos de horror y otros de dolor. Algunos que me conocen saben la aversión que tengo hacia los accidentes, sobre todo si hay sangre, y pues me sacaba muchísimo de onda, pero mi papá permanecía tranquilo, y arrancó y nos fuimos. Regresamos al ensayo y me encontraba con los familiares de los accidentados, que por desgracia habían muerto todos. Les daba el pésame a unos y parecía que no les importaba, estaban más preocupados por la obra. Después mi papá me pedía que lo acompañara al baño, y de pronto entramos a un lugar super desagradable, estaba húmedo, olía horrendo, bueno.. en fin. Mi papá se perdía por ahí, y me encontraba a un amigo que hace mucho tiempo que no veo, y tenía barba y ropa descuidada. Al hablarle no me reconocía y tratando de que se acordara de mi, notaba que traía de nuevo mis tenis, y ahora los pies se me empezaban a inundar de toda la porquería que había ahí.

Sonó mi despertador, ya eran las 5.30. Abrí los ojos, y pues me levanté toda asustada, no sé por qué, pero sentí que no había dormido ni 10 minutos.

Estoy oficialmente traumada.

*Nota personal: Extrañamente, la semana pasada, tuve dos días en especial donde todo salió mal, y ambos terminaron cuando vi a personas atropelladas, dos en el periférico y una afuera de la Libre de Derecho.